jueves, 24 de junio de 2010

La nueva Guerra Fría - La invasión soviética de Afganistán


Afganistán, que durante el siglo XIX había sido terreno de disputa del imperialismo ruso y el inglés, volvió en los años setenta a convertirse en un territorio clave en las relaciones internacionales.


A partir del derrocamiento del rey Zaher Shah en 1973 se abrió un período de inestabilidad en el que finalmente se disputaron el poder diversas facciones comunistas enfrentadas a su vez con guerrillas islámicas. Moscú decide intervenir para imponer un gobierno que garantizase el orden y mantuviera al país en la esfera de influencia soviética: el 24 de diciembre de 1979 las tropas soviéticas invaden el país, se iniciaba la guerra de Afganistán.


La reacción occidental fue inmediata. Considerando que la anexión de Afganistán llevaba la influencia soviética más allá del territorio tradicional del Pacto de Varsovia, EE.UU. y sus aliados organizan inmediatamente la contraofensiva. La ONU y los Países No Alineados condenaron la invasión y la Casa Blanca, junto a otra serie de medidas destinadas a frenar el expansionismo del Kremlin, decidió ayudar a la guerrilla islámica que se enfrentaba a las tropas soviéticas.


La invasión soviética de Afganistán y la consiguiente reacción occidental desencadenó un nuevo período de tensión internacional tras la época de la distensión: una nueva guerra fría

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